La capilla de la Anunciación de la iglesia parroquial de Longares ha recuperado su esplendor
Tras una primera fase de trabajos de restauración ejecutada en el año 2018, la capilla de la Anunciación de la iglesia parroquial de Longares ha recuperado este mes su esplendor original con la finalización de la segunda fase de restauración, que se ha centrado en el armario posterior del lienzo principal, las puertas laterales de la capilla y el escudo de piedra de la entrada.
La actuación, realizada por el restaurador Pedro Antonio Perales Burgaz, ha tenido un presupuesto de 18.000 euros, y ha sido financiada gracias a un convenio entre la DPZ, la Diócesis de Zaragoza y el Ayuntamiento de Longares.
El retablo barroco fue realizado entre los años 1670 y 1672. En las hornacinas del cuerpo principal se disponen tres vitrinas que contienen el busto de Ecce Homo en el centro y las reliquias de san Vicente y san Gonzalo a los lados.
El armario expositor de bustos, relicarios y piezas de orfebrería y arte suntuario ubicado tras el lienzo principal del retablo, presentaba problemas estructurales graves, con peligro de desprendimiento de elementos constitutivos de la obra, además de un ataque de xilófagos activo y virulento, levantamientos de los estratos pictóricos, y el soporte en un estado de conservación deficiente.
La mazonería está dotada de unas guías que permiten desplazar el lienzo quedando parcialmente oculto en un hueco excavado en el muro a tal efecto. Con el cuadro principal desplazado se puede apreciar este armario con una distribución en dos pisos y tres calles. Los dos pisos quedan separados por un pequeño entablamento dotado de un friso con la clásica distribución en metopas y triglifos. Las calles laterales tienen practicadas unas cajas en sus tablas laterales que permiten alojar tablas horizontales con lengüetas que ingresan en dichas cajas. La calle central es más ancha y remata con arco de medio punto en el piso inferior y con una prolongación de remate recto en el superior. A ambos lados de este remate se añaden dos estantes de menor entidad. Con la excepción de los fondos, su mazonería está dorada al agua y repite elementos decorativos de otras partes del retablo, en especial el damero de puntas de diamante del interior de las urnas expositivas del banco. La casa correspondiente a la calle central del piso superior añade, además, una moldura festoneada en toda su embocadura que realza la importancia de las piezas que allí se exhibían.
El retablo es de madera de conífera dorada y policromada con una distribución vertical en banco, cuerpo principal y ático, y distribución horizontal en tres calles. A ambos lados del lienzo principal, obra del pintor granadino Pedro Atanasio Bocanegra, hay sendos grupos de tres grandes columnas salomónicas rematadas por capitel corintio. En cada grupo la columna central avanza en planta y todas apoyan sobre netos decorados con medios relieves que representan a los evangelistas en las laterales y mensulón con altorrelieve de ángel en la central.
Estos elementos sustentan un gran entablamento que sirve de base al ático con columnas salomónicas de orden menor y figuras de bulto redondo de alegorías a las virtudes teologales. El conjunto se remata con relieve de heráldica del benefactor Don Diego Escolano, que también aparece en el banco y en otros lugares de la iglesia.
Además, esta segunda fase ha incluido la restauración de las dos puertas idénticas de los muros laterales de la capilla, ubicadas en la parte central de un alto zócalo moldurado realizado en piedra negra de Calatorao. Estas puertas son de madera policromada blasonadas con el escudo de D. Diego Escolano, que comunican respectivamente a la izquierda con la sacristía (cegada en 1700 cuando se construyó la nueva), y a la derecha con la casa parroquial que levantó a sus expensas el citado arzobispo. La decoración de todo el frente de dichas puertas la ocupa el mismo motivo heráldico que aparece en el sotabanco del retablo y están enmarcadas por una moldura dorada de perfil similar.
Finalmente, la actuación también ha incluido la reposición del escudo de armas de los Escolano, construido en piedra y ubicado en un plinto de la entrada de la capilla, que llevaba años destruido tras desprenderse y caer al suelo.
El alcalde de Longares, Miguel Jaime Angós, señala que “con la restauración mejora uno de los bienes más valorados del templo parroquial, tanto por su valor artístico como sentimental”. Jaime recuerda que “en la primera fase recuperaron la brillantez del retablo oculta bajo la suciedad y el deterioro producidos por el paso deltiempo, mientras que con esta nueva actuación se mejora la estructura del retablo y se pone en valor el conjunto con las hermosas puertas laterales de la capilla y el escudo de piedra”.